viernes, 9 de septiembre de 2016

EL ARTE LA LECTURA Y LA MUJER

EL ARTE Y SUS MIL HISTORIAS QUE CONTAR
Bellísima fotografía.



Genial obra de la artista estadounidense, Jane Bucci.



El hecho de ver una mujer leyendo hoy en día, nos parece completamente normal.
Pero durante siglos a sido una lucha constante de la mujer, para ser reconocida
dentro del mundo del arte y la cultura.

En el estudio' (1881), Marie Bashkirtseff. en el también podemos ver una mujer
en la parte derecha leyendo.



La ausencia de mujeres artistas en los museos o en las enciclopedias de arte 
clásico puede dar la impresión de que el rol de las mujeres en el arte se ha 
limitado al de musas y modelos.


Lo cierto es que las mujeres han tenido una presencia activa constante como 
artesanas escritoras, poetas y artistas pese a los obstáculos con los que se 
encontraron para dedicarse al arte en distintas épocas debido a su género.


A mediados del siglo XVI, la lectura se generalizó entre las mujeres de clase alta, 


'La lectura' (o 'La sombrilla verde'), de la pintora Berthe Morisot (1841-1895).
y en el siglo XVIII hubo una explosión de las mujeres lectoras en los salones de 
las capitales europeas, particularmente, París.  
A finales del siglo XIX, casi toda la población de Gran Bretaña, Alemania y Estados 
Unidos sabía leer y escribir, pero en España eso no ocurrió hasta los años sesenta 
del siglo XX. Muchas mujeres sabían leer, pero no escribir.

Un hecho que todos los pintores de la época reflejaron en sus obras como una excepción.
Antine Wiertz, “La lectora de novelas”, 1853



Alexej Harlamoff, “Las actividades literarias de una damisela”



Edward Killingworth Johnson, “Tomando café y leyendo en el jardín”




Fragonard, “La lectora”




Efectivamente por las ropas, interiores o exteriores de las casas nos muestran
unos personajes de clase alta. Pero el interés de la mujer por la cultura, no era
exclusivo de la nobleza y la clase pudiente, como nos muestra la obra de,
 Frederick Danil Hardy, “Leyendo junto al fuego”



Visto con una mirada actual, incluso ser mujer y profesora en aquellas épocas
era más un castigo, que un privilegio.


El contrato pertenece a Estados Unidos y esta incluido en el libro “Maestros y textos” 

que Michael W.Apple edito  en 1989.

Este es un acuerdo entre la señorita…………………………………………………….
y el Consejo de Educación de la Escuela………………………………..por la cual la 
señorita ……………………………….acuerda impartir clases durante un período de ocho 
meses a partir del……………………… de septiembre de 1923. El Consejo de Educación 
acuerda pagar a la señorita……………………………………………… la cantidad de (*75) mensuales.

La señorita…………………………………………………………..acuerda:

1.- No casarse. Este contrato queda automáticamente anulado y sin efecto si la 
maestra se casa.

2.- No andar en compañía de hombres.

3.- Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana a menos 
que sea para atender función escolar.

4.- No pasearse por heladerías del centro de la ciudad.

5.- No abandonar la ciudad bajo ningún concepto sin permiso del presidente del 
Consejo de Delegados.

6.- No fumar cigarrillos. Este contrato quedará automáticamente anulado y sin 
efecto si se encontrara a la maestra fumando.

7.- No beber cerveza, vino ni whisky. Este contrato quedará automáticamente 
anulado y sin efecto si se encuentra a la maestra bebiendo cerveza, vino y whisky.

8.- No viajar en coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre.

9.- No vestir ropas de colores brillantes.

10.- No teñirse el pelo.

11.- Usar al menos 2 enaguas.

12.- No usar vestidos que queden a más de cinco centímetros por encima de los tobillos.

13.- Mantener limpia el aula:

a) Barrer el suelo al menos una vez al día.


b)Fregar el suelo del aula al menos una vez por semana con agua caliente.

c)Limpiar la pizarra al menos una vez al día.

d)Encender el fuego a las 7:00, de modo que la habitación esté caliente a las 8:00 
cuando lleguen los niños.

 14.- No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios .

Como podemos ver tras admirar un cuadro de una mujer leiendo
Ricardo López Cabrera (Cantillana, 1864 – Sevilla 1950) “Mujer leyendo en un interior” 



Se pueden contar mil y una historia. Hasta pronto.
















  





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