FERDINAND CHEVAL (1836 - 19 de agosto de 1924) fue un cartero francés que invirtió
33 años de su vida en construir un Palacio ideal.
FERDINAND CHEVAL vivió en Châteauneuf-de-Galaure, en el departamento del Drôme.
Comenzó su construcción en abril de 1879.
Según declaró, se tropezó con una piedra y encontró inspiración en su forma. Al día siguiente volvió al mismo lugar y empezó a recoger piedras.
Durante los siguientes 33 años Cheval aprovechó su ruta postal para recoger piedras y
llevarlas a su casa. Transportaba su material en los bolsillos, luego en una cesta y
finalmente en una carretilla.
Cheval pasó las dos primeras décadas levantando los muros exteriores. El castillo muestra
una mezcla de estilos con inspiraciones bíblicas y de la mitología hindú.
Cheval deseaba ser enterrado en su castillo pero cuando las autoridades francesas lo
prohibieron pasó los siguientes ocho años de vida construyéndose un mausoleo en el
cementerio de Hauterives.
Poco tiempo después de su muerte, su obra comenzó a llamar la atención de personajes
como André Breton y Pablo Picasso.
Sus vecinos lo consideraban una especie de tonto del pueblo.
33 años de su vida en construir un Palacio ideal.
FERDINAND CHEVAL vivió en Châteauneuf-de-Galaure, en el departamento del Drôme.
Comenzó su construcción en abril de 1879.
Según declaró, se tropezó con una piedra y encontró inspiración en su forma. Al día siguiente volvió al mismo lugar y empezó a recoger piedras.
Durante los siguientes 33 años Cheval aprovechó su ruta postal para recoger piedras y
llevarlas a su casa. Transportaba su material en los bolsillos, luego en una cesta y
finalmente en una carretilla.
Cheval pasó las dos primeras décadas levantando los muros exteriores. El castillo muestra
una mezcla de estilos con inspiraciones bíblicas y de la mitología hindú.
Cheval deseaba ser enterrado en su castillo pero cuando las autoridades francesas lo
prohibieron pasó los siguientes ocho años de vida construyéndose un mausoleo en el
cementerio de Hauterives.
Poco tiempo después de su muerte, su obra comenzó a llamar la atención de personajes
como André Breton y Pablo Picasso.
En 1969 André Malraux, en calidad de Ministro de Cultura declaró el castillo Patrimonio
Cultural y aseguró su conservación. Sus vecinos lo consideraban una especie de tonto del pueblo.
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