martes, 21 de marzo de 2017

EL 27 DE ENERO DE 1945 (4)


Los cientos de artistas que estuvieron en campos como Auschwitz, Mauthaussen, 
Dachau, Malines y muchos otros, utilizaron el arte como una vía para recuperar 
su condición humana, una forma de resistir y sobrevivir en el infierno.


Anónimo (desconocido)



Artista pintando un paisaje cerca de las alambradas del campo de Compiègne
1º de julio de 1942



Hubo españoles en los campos de Auschwitz, Buchenwald, Dachau, Flosenburg,
Neuengamme, Sachsenhausen y Ravensbruck (éste último de mujeres).
Mieczysław Kościelniak fue un artista polaco y superviviente de Auschwitz




La mayoría fueron enviados a Mauthaussen.



La primera parte de los deportados eran republicanos exiliados que estaban al 
servicio del gobierno francés trabajando obligados, pero cuando la ocupación 
alemana los franceses se desentendieron completamente. Los alemanes querían 
librarse de ellos,pues España era aliada, y bajo la recomendación de la Junta 
de refugiados españoles en el exilio parisino, se decidió devolverlos a España. 
Al no encontrar respuesta positiva por la parte española, los nazis, como 
prisioneros antifascistas, los enviaron a los campos.


El primero fue Mauthaussen, en la Alta Austria, donde llegaron en trenes desde 
junio de 1940 ellos para construirlo con sus manos. Se encuentra a 160 kilómetros 
al oeste de Viena, de la categoría III, lo que significaba que los prisioneros 
enviados allí no debían salir con vida y su mano de obra debía ser explotada 
hasta la muerte. Obra del artista catalán Ramón Milá. Superviviente




Es el campo en el que más españoles hubo.  7.532 españoles. No reconocidos 
como tales por las autoridades franquistas y por lo tanto apátridas.


Entre 1941 y 1942, los primeros españoles que trajeron fueron tratados con especial 
saña y que los que lograron sobrevivir buscaron la manera de adaptarse y paliaron
la matanza, aunque siguieron muriendo masivamente en la cantera de Gusen.
Cuando llegaron los presos rusos, los nazis la tomaron con ellos y rebajaron, es un
decir, la presión sobre los rojos españoles. De los rusos poco se sabe pues apenas
hubo supervivientes y los judíos no tuvieron ninguna oportunidad.
Pero como todos los campos fue la música que daría la fuerza para sobrevivir.


Mieczysław Kościelniak




Para contribuir a que la escasa esperanza que mantenían los presos no se agotase, 
era necesario que algunos de ellos tuvieran iniciativas que distrajeran al resto, 
haciendo que sintieran que, al no doblegarse del todo, en cualquier momento pudiera 
volver a resurgir la persona que llevaban dentro, como hicieron los españoles, 
aportando su grano de arena con su alegría, buen humor, y canciones, intentando 
distraer y devolver la sonrisa a la gente.


Agruparse por regiones y entonar canciones de su tierra casi silenciosamente, era 
habitual entre los españoles.
Jerzy Potrzebowski 1921 - 1974 Cracovia Polonia. Superviviente de los campos
"Calentarse", usaban sus 15 minutos libres para intentar entrar en calor.




Oleg Popov  Virubovo (Moscú), 31 de julio de 1930-Rostov del Don, 2 de noviembre 
de 2016) fue uno de los más grandes payaso de la era soviética a nivel mundial.
Fue conocido como el payaso del Sol. Popov nos dará vida en la obra de Jerzy



Cabe decir que esta obra de Jerzy Potrzebowski quizás se la única que se reconozcan
los españoles, como podemos ver. 



Los españoles internados en campos nazis tenían sobre el traje de prisionero 
un triángulo rojo con una “S” y el número de preso. Significaba “Rotspanier”, 
rojo español.


En la primavera de 1.943, el asturiano Sánchez "el Juaco", carpintero, y familiarizado 
con coros y música en su tierra natal, puso en marcha la rondalla española de 
Mauthaussen, pidiendo la colaboración de todos los compañeros que trabajaban en los 
talleres de carpintería, para que recuperasen restos del material empleado en la 
fabricación de los muebles de los SS.


Entre todos, consiguieron crear las piezas necesarias para montar los instrumentos 
musicales, escondidas de los SS y de los Kapos. El proceso era: robar, almacenar, 
cortar, cepillar, lijar, acoplar, pegar y ajustar.


Se montaron laúdes, guitarras y bandurrias, y las clavijas, que no se podían hacer,  se 
consiguieron a través de Boix, que, por medio de su "clientela" SS consiguió que se las 
llevases desde Linz, a 20 km. del campo.

Francesc Boix Campo. Barcelona 1920 - París, Francia, 4/7/1951.




En Mauthaussen existía un Kommando llamado Erkennungsdients, oficialmente era un 
laboratorio fotográfico destinado a los retratos policiales de identificación de 
los presos, aunque en la práctica se hacían fotografías de muertes por arma de fuego, 
suicidios, accidentes, asuntos de naturaleza médica y acontecimientos varios del campo, 
como las visitas de altas jerarquías, por ejemplo las de Himmler y otros altos cargos 
de las SS.

A este Kommando se incorpora Boix a finales de 1942, y allí trabajó como fotógrafo y 
técnico de laboratorio con dos españoles más.
Realizo copias de todos los clichés, con colaboración de todos y tras un largo y 

complicado sistema llegaron a las manos de la Sra. Pointner, miembro de la Resistencia

que estuvo de acuerdo en esconder el paquete en un hueco disimulado del muro de su 
jardín hasta el fin de la guerra.



Francesc Boix Campo, con estas pruebas seria el único testigo español, en el Juicio de
Nuremberg


Las cuerdas se conseguían a través de los compañeros que trabajaban en la 
desinfección, introduciéndolas en el campo igual que los instrumentos, 
disimuladas entre la ropa transportada de la desinfección al lavadero. 

(Al Effektenkamer le llamaban "la cueva de Alí Babá" por la cantidad de 
cosas que se podían encontrar)
El percusionista callejero Darío Rossi en Berlín.



En unas semanas, los carpinteros españoles habían montado la primera bandurria, 
y Sánchez, Botella, Canales y Azaustre daban el visto bueno, desde el punto de 
vista musical (si tenían mala sonoridad los desechaban).
Botella daba clase de solfeo a varios jóvenes.



Los SS descubrieron los instrumentos, y curiosos y sorprendidos por el hecho de que 
se hubieran fabricado allí mismo, delante de sus narices, sin que se dieran cuenta,
no tuvieron una reacción tan violenta como se esperaba.
Es posible que pensaran que mientras los españoles cantaran y bailaran no se
dedicarían a otras actividades más peligrosas para ellos.

Motín en Budy 1942 Autor: Władysław Siwek, pintor polonés



En la barraca 13 (la que servía de "Plana Mayor" a los españoles para sus actividades
militares y políticas), que era el almacén más importante de todo lo que estaba
destinado a la solidaridad, fue donde tuvo lugar el primer concierto, y por primera
vez, se oyeron jotas, La armada Roja



pasodobles y alguna pieza clásica como "El sitio de Zaragoza". la orquesta de pulso y
púa "Arousa" del Liceo Casino de Vilagarcia. Galicia


En ese momento, hasta los más necesitados de descanso abandonaron su camastro para 
unirse a cantar alguna copla o algún estribillo.

 Estas iniciativas fueron conocidas por el alto mando del campo, pero a día de hoy,
nadie se explica aún cómo es que ni Ziereis ni Bachmayer pidieron cuentas.
Solo imponían restricciones cuando se decretaba algún castigo colectivo y los presos
debían permanecer recluidos en sus barracas.

CONTINUARA. Hasta pronto
































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